jueves, 27 de marzo de 2025

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Es el agua y no la lluvia la que gotea entre las grietas;

Son las grietas y no las cicatrices las que colman el cuenco;

Es el cuenco y no su borde el que se hace añicos,

Como la lluvia se hace,

Como se hacen las grietas,

Como cicatrices rehacen,

Como ese mismo cuenco hasta su fondo se deshace...

¿Y el borde? —preguntaréis.

El lañador tiene la cura, apenas todo se cura,

Con apenas lañas de un fuego cautivo

(De un cautivo fuego como Prometeo).

Entonces el agua vuelve a tener forma en el vacío;

Entonces afuera la lluvia araña las ventanas;

Entonces, grietas como peces abisales emergen.

Entonces, cicatrices de verdad tintinean.

¿Qué preguntaréis ahora?

El cuenco ya no es el que fuera,

Pero es lo bastante porque el lañador se ha ido.



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