lunes, 25 de mayo de 2015

ALEJANDRÍA



Un faro por el fuego coronado,
En lujo de su forma solitaria,
Ah, fue vigía adicto a tu gregaria
Gloria, que así elogiara el convocado.
No adivinaste en el tributo alado
Que el advertido mundo en ordinaria
Prisa abismos cavara a tus plegarias
Ni que ese luto ardiera consumado.
A la lumbre violenta la porfía
Del fuego que en tus rollos como el río
Abrevara al quemar sabiduría.
Ardiente paraíso, infierno pío,
Otro el faro, y no el faro de tus días,
Guía a la entera tierra sus navíos.



No hay comentarios: