domingo, 15 de febrero de 2015

Latitud



En las paredes que los vanos desesperadamente arañan,
Como cuando escarban sus vacíos,
Se puede ver una intemperie...
Una intemperie
Ya tan agrietada como una pintura perfecta.
Hay en el fondo pájaros de cal
Que afloran de la arcilla;
Hay un día soleado en la mitad del sol;
Hay la perplejidad de un silencio tan plano
Como una bola de cristal irrompible.
Sea por el insomnio, o porque el sueño
Gire en cada vuelta,
Sea por lo uno o por lo otro,
Las sombras rebosan diques en el sudor que se destila
De una gota apenas.
Sólo falta un espejo que cuelgue de un clavo;
Un cuadrado así,
Donde lo que se repite se descuelgue de todas partes,
Donde se abran o se cierren las ventanas.


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